Longines siempre ha vinculado su nombre con el mundo del deporte. Por lo tanto, resulta natural que ponga su experiencia al servicio del buceo. Todo empieza en 1937, cuando la estanqueidad se convierte en un criterio de calidad. Entonces, Longines desarrolló una caja con pulsadores herméticos para su calibre legendario 13ZN, y se aseguró de patentar el diseño. A continuación, la marca del reloj de arena alado firmó varios desarrollos que le llevarían a presentar, en 1958, su primer reloj de buceo civil y, durante los años 60, varios modelos distintos de este tipo.